11.10.11

En este país nuestro de fútbol para desayunar, fútbol para comer y fútbol para cenar.

Un artículo interesante, orientado a paises como el nuestro.


La civilización existe, el rugby también

Asombrado se queda uno de la poca repercusión mediática que tiene un acontecimiento deportivo de la magnitud de la Copa del Mundo de rugby, que este 2011 se celebra en Nueva Zelanda. Sólo hay dos deportes capaces en el mundo de llenar estadios con más de 100.000 espectadores: el fútbol y el rugby. Ver jugar a los All Blacks, Australia, Inglaterra, Francia, Argentina, Sudáfrica, Irlanda, etc., etc. y así hasta 20 países, es todo un espectáculo.
En este país nuestro de fútbol para desayunar, fútbol para comer y fútbol para cenar, no nos iría nada mal de merendar un poquito de rugby. Por nada especial, sólo porque el rugby enseña a compartir, a luchar, a sufrir por uno mismo y por su compañero, enseña a respetar el contrario, a dar y a recibir, a cantar y a reír, a ganar y, lo más importante, enseña a perder.
En definitiva, lo que se entiende por civilización, encarnada en un deporte y sus aficiones. Qué lenguaje más perfecto de movimientos tienen las 'touch' (elegancia, personalidad, creatividad), cuantas cosas se expresan en el primer contacto de las dos delanteras en una 'melé' (fuerza, respeto, disciplina, sincronización, unidad sin fracturas) y sin decirse ni una palabra, sólo con el contacto. Qué emotividad en el canto de los himnos nacionales por los jugadores y sus aficiones. Qué silencio y respeto por la afición contraria cuando se chuta entre palos. Qué obediencia y disciplina al capitán de cada equipo y a los árbitros del encuentro. Qué respeto hacia tu propio equipo y el contrario de tener que salir del campo cuando tu cuerpo se lesiona (sin comedias ni cuentos). Qué alegría de poder abrazar, cantar, reír e intercambiar tarjetas de visita y beber una cerveza con un aficionado del equipo contrario, antes, durante y después de un partido.
Ustedes pensarán: qué va a decir un tío que ha jugado a rugby y que obviamente está enamorado de “ese deporte del melón que lo juegan unas bestias incivilizadas”. Yo entiendo que piensen esto, y que no entiendan nada de nada de lo que les digo, porque desayunamos, comemos y cenamos cada día con fútbol. Pero les recomiendo que vean un partido de la Copa del Mundo de rugby. Acabarán diciendo conmigo: ¡Qué bonito es vivir el rugby como filosofía de vida y qué bonito es ser civilizado!

Artículo completo tomado de www.mundodeportivo.com

No hay comentarios: